Biografía
Aún recuerdo parte de mi infancia. Echo la vista atrás y me veo jugando entre laminadoras, astilleras, bombas de butano y cualquier otro artefacto relacionado con la joyería. Solía ver a mi padre y a mis tíos llegar al taller, que también era mi casa, con maleta en mano y con una frase entre los labios, que se repetía todos los lunes: “Ya ha llegado el material”.
Había unos quince empleados, que eran llamados uno a uno para recibir su parte de material, que luego, días mas tarde, devolvían convertido en preciosísimas joyas. Cada gramo de oro era rigurosamente pesado junto con las piedras que tenían que engastar. Y ahí también estaba mi madre, claro, que me mandaba a la ferretería a comprar lija de calibre 320 y 400, y demás herramientas para que los empleados pudieran acabar a su trabajo.
Cada semana se repetía el mismo proceso: fundir, laminar, soldar, engastar… Con ojos de niño veía a esos señores de barriga gorda y dedos sucios crear sus piezas, como si de una pequeña escultura se tratara. Y así, sin darme cuenta, fui aprendiendo el oficio de la joyería.
Fue allí, viviendo el cotidiano, creciendo entre oro y piedras preciosas que me di cuenta que el metal no tiene valor en sí mismo; que el oro, la plata y los diamantes no son nada, pero que podían adquirir valor sólo si se los dotaba de un espíritu, y que la forma de hacerlo era con la Alquimia: transformando y transmutando esas ricas ideas y pensamientos en una vibración mayor, con esa mágica energía que luego brilla con luz propia.
Photo: Alain Genest
Esa energía es el motor con el que se mueve Eduardo Arenas para darle vida a sus creaciones. Empezó su carrera a muy temprana edad, pues antes de cumplir los 18 años ya creaba sus primeras piezas en el taller de su padre y sus tíos, pues proviene de una familia con una amplia tradición de joyeros, de la ciudad de Bucaramanga, Colombia.
Su adolescencia y los primeros años de su vida adulta los dedicó a sus estudios de Música, otro lenguaje artístico en el que se especializó en contrabajo y bajo eléctrico. A los 23 años se instaló en España, donde ejerció la música de manera profesional, junto a diferentes grupos con los que hizo giras por todo el país. Mas tarde ingresa a estudiar joyería artística en la Escuela de arte de Zaragoza, España y una vez obtenido el titulo se desplaza a Paris para ejercer su carrera como joyero. Allí ha forjado su experiencia gracias a que ha trabajado para algunas de las más grandes casas de joyas de la célebre y siempre lujosa Place Vendôme. Es ahí mismo en Paris, desde una buhardilla que da frente a la Torre Eiffel, donde empieza a crear su primera colección.
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